El Arte de Escribir

La escritura es una de las tantas expresiones artísticas.
Narrativa y/o Poesía. Con un estilo propio.

domingo, 28 de diciembre de 2008

De picas y corazones


Escribimos con palabras. Tenemos a nuestra disposición un mazo de palabras en el que ninguna palabra tiene un valor absoluto. Cada palabra no es en sí misma ni buena ni mala, ni linda ni fea, ni agradable ni desagradable.

Nosotros vamos a jugar a un juego. Un juego de escritura. Ese juego, cada vez, va a tener unas reglas. Las reglas las ponemos nosotros, lo sepamos o no. Es de acuerdo a esas reglas que nos vamos a servir de ciertas palabras y no de otras, de acuerdo a esas reglas una palabra va a tomar en ese juego un determinado valor y no otro. Y siempre en relación a las otras palabras, no aislada, no por sí misma.

No está mal tener el as de oro en el truco, pero nadie lo quiere en el sucio. El doce de espadas cae bien en el chinchón si se acompaña con el once y el diez del mismo palo o con otros dos reyes, pero solo a nadie le gustaría quedárselo. El as, el rey, la rei-na, son las cartas más valiosas en el poker. Sin embargo si en nuestra mano tenemos una de cada una, con que el otro tenga un par de dos (la carta de menor valor) ya nos gana.

Así de relativo es el valor de las palabras, y aisladas no dicen, porque para cada uno a cada instante pueden querer decir cualquier cosa. Se necesita un contexto hecho de otras palabras para darle una significación. Ahí es donde ponemos las reglas. No las decimos: se ven por sus efectos, por los efectos que produce la construcción que hacemos.

Si sólo digo corazones ¿qué quiero decir? ¿Me refiero a la baraja, al amor, a Favaloro, a formas dibujadas, a sentimientos, a algunas personas, a reyes, a cupidos, a ciruelas, a dar ánimos, a gorriones, a….., a……, a…..?

Porque la palabra en sí no se refiere a una cosa. Se refiere a otras palabras. Aún si señalara una cosa y dijera “corazones es esto”, el valor estaría dado por el hecho de que lo estoy diciendo…con otras palabras. Con palabras. Trabajamos con palabras.

Pero esas palabras nos son ajenas. No somos asépticos observadores que las utilizan como un material para experimentos de laboratorio. Más bien esas palabras nos atraviesan, estamos en ellas, por ellas respiramos. Por ellas morimos.

Al escribir, volcamos un poco de nuestro ser para darle vida a cada una de esas letritas que se dibujan en la página. Si les ponemos pica y corazón, puede ser que digan algo.

martes, 2 de diciembre de 2008

Sin Fugas, Bach

Duermo en el centro de una estrella
sin saber. Sólo sostengo sospechas
Podría no despertar nunca
podría, antes que eso, creer que
duermo y no duermo
Pero si durmiera y despertara
la estrella podría estar cayendo
hasta desintegrarse
podría estar despierta
en el momento de desintegrarnos
Sin embargo esta estrella no cae
la cosieron al cielo
con hilo cósmico indeleble
para evitar sorpresas
Si durmiera y me despierto
voy a estar cosida al cielo
con la estrella
la vida de un botón
no caeremos
no nos desintegraremos
Y nadie pedirá
ningún deseo