jueves, 19 de noviembre de 2009
Derivamos
Vamos derivando: del punto en el que estamos se abren abanicos que nos llevan a varios otros puntos. En cada uno de esos puntos se abren también abanicos por los que también nos podemos deslizar. Vamos derivando, no a la deriva. Están esos puntos que hacen de referencia. Las rectas que se abren en abanico son las tangentes de esos puntos que forman parte de una función cuya variable independiente tiende a cero. Derivamos porque tramamos algo. Las tangentes dan mucha mejor idea de la trama que los puntos mismos de los que derivan, esos puntos funcionales con tendencia a ser cero independientes. Las derivadas tienen todo que ver con esos puntos y no tienen nada que ver con esos puntos. Descubren la tramoya de la trama de los dos lados al tiempo que la fabrican. No parten de la nada, sólo derivan. Los puntos soportan sus tangentes. Las tangentes, cuando ya no se soportan a los puntos, se derivan tan lejos que pasan a la fugacidad. O se dan a la fuga. No perdamos el punto. Sigamos derivando.
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