A dos cuadras del Cid, ese personaje épico del siglo XII que vino a instalarse en la estrella que dibujan las avenidas para encender el centro geográfico de la ciudad, está Haiku Arte.
Haiku. Haiku es lo que está pasando en este momento en este lugar, dijo Basho en japonés en el siglo XVII. En Haiku Arte lo que tratamos de descubrir es de qué original manera puede cada uno llegar a ver eso que está pasando. En el 979 de Isidoro Demaría, otro oriental que se dedicaba a escribir en aquel Montevideo del siglo XIX, tenemos una ventana orientada al arte. Hay un punto en el arte, en cualquier arte, que nos conecta con todo lo más grandioso y con todo lo más miserable de lo humano, que sintetiza el sentido de la vida y de la muerte. Me gusta llamar a ese punto haiku.
No sigo el camino de los antiguos. Busco lo que ellos buscaron. Basho. El haiku del arte. Busquemos eso juntos. Los pasos de ese camino tendrá que inventárselos cada uno.
Arte. Arte es una palabra gastada por el uso. Revivificarla es una apuesta. Se nutre del quehacer del artista, comprometido con su arte, su tiempo y su lugar.
Los siglos pasan y llegamos al siglo XXI. Que tengamos esa suerte de encontrarnos con lo impensado y que en ese caso sepamos qué hacer.
El sábado 6 de agosto a las 19, en Haiku Arte, presento Hojas Hijas. Es mi quinto libro de poesía. Una oportunidad para conocernos. Los espero.