El Arte de Escribir

La sensibilidad artística, la habilidad, como cualquier otra habilidad, es algo que no se enseña ni se aprende: se tiene o no se tiene. Si se tiene, puede ser el don que nos permita expresarnos y disfrutar haciéndolo, o el martirio de una sensibilidad exacerbada, sin salida, que no logra plasmarse y que puede llevarnos a grandes sufrimientos, e incluso a la ruina por querer tapar esos sufrimientos con soluciones inadecuadas. También puede ser que teniendo la habilidad, nos tomemos el arte como un pasatiempo sin importancia, y entonces no hagamos el trabajo necesario para lograr un saber hacer con eso. Ese saber hacer es lo que puede intentarse transmitir.

La creación no entra en juego sólo cuando se trata de la obra (literaria o del tipo que sea). La creación forma parte de la transmisión del oficio misterioso del artista, desde la experiencia personal como tal. Esa es la apuesta de este espacio de taller, que se pretende mucho más amplio que lo que hace a la mera técnica de escritura en sí. Se puede escribir correctamente y no por eso estar en el terreno artístico. 

El arte es una zona oscura, difícil. No hay seguridades, no hay recetas tranquilizadoras, no hay fórmulas mágicas. Pero hay la magia que hace que con lo miserables que podemos llegar a ser, con la nada que tenemos, de pronto somos capaces de armar algo sublime. Una gambeta a nuestra mortalidad.

No es para cualquiera. Hace falta coraje.