Por la primavera todo brota. A las papas les salen papadas, a los melones melaninas, cardúmenes a los cardos. No se puede caminar por la vereda sin obtener veredictos: la basura es el basamento de la usura, tan caro que nos sale mantenerla. Pero la inversión vale la pena, hoy en día es lo que más ha brotado. Tampoco hay que desconsiderar los rumbos hacia el derrumbe, eso brota bien, da mucho escombro. Hablo de mi ciudad, por si no saben. Pueden venir a ver. Si vienen, no dejen de visitar nuestros modernos baches. Hay circuitos turísticos en las avenidas, con camiones que simulan que bachean para permitir que los turistas puedan meterse y recorrer los baches sin que el tránsito los moleste. Creerán que están en túneles subterráneos como los de Sábato, en grutas exóticas, en laberintos de diseño maquiavélico. Pero no. Son nuestros baches producto de la erosión constante del pavimento librado a las fuerzas de la naturaleza y a las del parque automotor (único parque que reverdece esta primavera, el único que está exento de que le construyan edificios). También tenemos las zonas de baches de las calles secundarias, pero son para turismo aventura, de alto riesgo, y adentrarse en ellos ya requiere un equipo costoso, certificado médico, seguro de vida, autorización de los padres, carnet de alpinista y consentimiento informado. Incluye tour por los colegios públicos porteños, los únicos que te abren la cabeza (lástima que el gobierno porteño de turno se haya tomado el eslogan tan literalmente, se ve que fueron a privados) y minitour por boliches con perfecta habilitación y algunas construcciones linderas con demoliciones y obras de habiolitación ídem, que es opcional para aquellos que gusten de jugar a la ruleta rusa.
Con tanto empapelado amarillo me fabriqué unas fresias. Todo el chamuyo de la folletería y de los carteles era letra al pedo, contaminó un poco más el aire. Pero el perfume de las fresias es más fuerte. En esta ciudad se apostó al amarillo, y ahora hay amarillo libre a rabiar. Hagamos más fresias, muchas fresias, todas fresias. La próxima apuesta es ésta: o gana el perfume, o gana la nube de pedos.
Te parece que exagero. ¿Vos decís?. Sólo apunto unas breves observaciones sobre la economía primaveral en la ciudad, las que me brotan. Más bien sólo una mínima parte de las que me brotan. Pronto se acercan las hordas de mosquitos jamás fumigados, porque son otra de las buenas inversiones que estamos realizando, de alto rendimiento. Se reproducen lindo, sólo necesitan chuparte un poco de tu sangre, y algunos vienen con valor agregado, te traen de yapa el dengue, y te hacen precio. Si pensás visitarnos, no te olvides el Off.
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