Los géneros tienen distintas tramas.
En la poesía la trama es casi inexistente: se ven unos hilos rústicos, como los de la seda cruda, más bien pedazos de esos hilos, desparejos, pedazos que parecen estar sueltos y sin embargo no se sueltan, y sin embargo cohesionan. Toman su lugar en la estructura del poema, género duro, género que no cualquiera soporta. Raspa, molesta, y sin embargo sólo puede usarse para hacer ropa interior.
En el tramado del cuento los hilos forman un bordado de un hilo solo que avanza al modo del hilván: vemos una puntada sí y una no. Al final se anuda. Estas puntadas se ubican formando una estructura estrecha, tubular, el hilo sólo pasa en fila india.
El género de la novela es generoso. Acá los hilos se cruzan por todos lados y hay mucha tela para cortar, de variados materiales, diseños, colores.Las puntadas se dan de muchas formas, en muchos sentidos. La estructura es amplia.
Pero el hilo, el hilo para tramar cualquier género, el hilo lo da el lenguaje. Se van hilando palabras, de una u otra forma. En poesía, en prosa, las palabras se hilan. El telar es el mismo, las palabras hacen los hilos. Al ponerlas por escrito todo es cuestión de saberlas hilar.
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